Antecedentes


Como miembro de esta familia me gustaría escribir una pequeña historia introductoria de nuestra relación con el mundo de los caballos, que se puede decir es una relación “de toda la vida”, como se dice coloquialmente. Este pequeño relato son vivencias, recuerdos y anotaciones de muchos años acerca de mi visión de una de las pasiones de Rizal: los caballos

El primer contacto con los caballos fue con un potro que se llamaba Pancho, cuando tenía 8 años,  y que el padre de Rizal llevó a su finca de La Matanza y que seguro le impactó y fue el inicio de su afición. En definitiva Rizal practica la equitación desde muy joven, al principio en caballos de amigos y conocidos en algún picadero particular de la zona norte de Tenerife y ya luego con sus propios caballos. El primero de todos fue Curro, un hispano-árabe de capa castaño oscuro que adquirió en 1979. Más tarde llegó Tao, un anglo-hispano-árabe que vivió con Curro en la cuadra que teníamos en nuestra casa de Tegueste, con ellos solíamos ir de paseo por la zona montañosa del pueblo de los que conservamos muchas anécdotas, como la que siempre contamos de cuando me embistió una vaca mientras iba yo montando a Tao…...y gracias al quite torero  que Rizal le hizo con Curro no me llegó a coger… ¡!

Curro vivió con nosotros hasta 1986, después vinieron caballos más adecuados para el salto que es lo que a Rizal le interesaba más por esa época. Primero fue Rimini (1986-1989), hannoveriana alemana hija de campeones (Ramirus era el padre) que fue adquirida en la yeguada que Andrés Zrenner y Carlota Plaut  tenían en Tegueste, en una finca donde las yeguas y los caballos que no eran enteros vivían en libertad, sólo se recogían en sus boxees por la noche y era una gozada verlos por la finca de “monte bajo” campar a sus anchas. En esas cuadras quedó estabulada Rimini en cuya pista Rizal montaba diariamente y donde recibió clases de importantes jinetes de salto alemanes que creo que le hicieron tener una visión distinta de la práctica de la equitación.

De la misma yeguada fue Wendige (1989-1991), otra hannoveriana de fuerte temperamento, madre del magnífico Golden Sun, que al igual que su hijo era de color alazán  y con la que Rizal siguió concursando y aprendiendo, siendo justamente  esa una de las características que le distinguen, su gusto por aprender y llegar al fondo de las cosas que le interesan. Así ha sido Rizal en la equitación, aprendiendo siempre de quien tenía algo que enseñarle. Entre sus profesores, aparte de los alemanes en la finca de los Zrenner, en el club hípico La Atalaya recibió clases diarias durante largas temporadas de algunos que fueron muy reconocidos en la isla, como son Heather Briggs, Vicente Medina y Aurelio Gutiérrez. También en La Atalaya  recibió cursos de reciclaje con   profesionales de prestigio, nacionales e internacionales, como Luis Astolfi, Cayetano Martínez de Irujo, Juan Antonio de Witt, y algunos ingleses de los que he olvidado su nombre.

En la época de Rimini y Wendige, aparte de estas dos yeguas Rizal solía montar otros caballos de la yeguada de los Zrenner, dos de ellos muy conocidos en todos los concursos, Ramirus y especialmente recuerdo a Golden-Sun con el que Rizal concursó varias veces siendo uno de los pocos jinetes que se “atrevía” con ese caballo….era una preciosidad, espectacular….pero un poco loco. Todos los jinetes de esa época seguro que se acuerdan de él.

En 1991 adquirió a  Da Capo, otro caballo de capa castaño oscuro espectacular, un sangre caliente danés (Danish Warmblood) que también tenía mucho temperamento pero al contrario que Golden Sun, desde mi punto de vista  pié a tierra, creo que tenía la cabeza muy bien amueblada. Da Capo estuvo primero en La Atalaya durante unos años y en 1996, cuando nos hicimos nuestra casa en La Matanza ya vivió con nosotros hasta que murió. En nuestra casa de La Matanza se construyeron varias cuadras por lo que hemos podido tener varios caballos, así desde 1996 han vivido con nosotros Rubia (Anglo-árabe), Inter-Pool, Lima, Gea, Cala, Drop, Grey (estos seis de la raza Danish Warmblood), Totufo (Hispano-árabe) y Betty (cruzada). De ellos en la actualidad están Drop (hijo de Da Capo), Grey (hijo de Lima) y Betty. También tenemos una yegua en pensión que pertenece a Victoria Reyes Ramírez, Brisa, una Pura Sangre Inglesa  con quien Victoria continua aprendiendo, una vez dados los primeros pasos como alumna de Rizal con los caballos de casa.

Todos estos caballos con sus personalidades y caracteres son también con los que nuestros hijos (aunque comenzaron pequeños en La Atalaya con caballos del club) han aprendido de verdad a montar, teniendo además el privilegio de hacerlo con un profesor de lujo como es su padre.  

Rizal posee la acreditación de Galope-7 que otorga la Federación Hípica a los jinetes con el conocimiento teórico y práctico acerca del manejo y trabajo del caballo, para la práctica de la equitación y el salto. 


Pilar Méndez

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